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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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26-07-2014

 

 

Las Casandras criollas.

 

SURda

Opinión

c.e.r

 

Se ha puesto de moda (el MEDIOPELO viejo y peludo nomás!!!) denostar la corrupción sindical.

En “la mojada” se anotan todos: Raulito (el Sendic), Tabaré (el cacique perdedor elegidos por los chantas cabezas de lista, por unanimidad), el inefable viejito Astori (y su escudero Valenti) y todos unos cuantos “desprolijos” más (la “tronca” Topolansky, algun secretario del Pepe que la va de vocero “de que algo sabian, pero no tenian pruebas”), el maquinista de barco que nunca navegó, mientras él de funcionario, curraba el sueldo para “el Partido (Juan Castillo, por más señas), cierto secretario de la burocracia sindical “central” expulsado del gremio del magisterio y sin renunciar y...sigue la lista!!!

Decía Abdala, del Metal, cuando Richard Reed de la Bebida, pidió la “investigación” sobre el currito del PC-Metal con la vivienda “cooperativa” y obrera: “que se atacaba al movimiento sindical ”. Y ahora repiten la cantilena otros “organizadores” del Funcionariado Público atrincherados en el aparato del Estado, desde la Federación de la Salud y todos los burócratas allí enquistados, al inefable López, el gordito defensor de los patovicas que se encargan de cagar a trompadas y torturar a los jóvenes delincuentes pero menores de edad.

Se ha vista alguna vez una desfachatez semejante?

Unos burócratas,( los políticos), atacan a otros burócratas los del funcionaridado público de la ineficacia, por la carroña de unos curritos miserables que les dan vida a los “aparatitos” y “sellitos”. Se trata de la pelea por “poner a los nuestros” para “consolidad mayorías” , que nos son esquivas, inestables y problemáticas.

Pero como estan en la defensa del curro colectivo, la defensa de sus intereses particulares, el mantenimiento de los “fueros sindicales” (me pagan pero no voy al trabajo, viajo en taxi, anoto “horas” a lo loco, de vez en cuando soy “vedette” en la tele y una larga serie de etc), está todo bien. Por tanto, vamos todos, a pesar de nuestras diferencias, a cerrar filas en defensa del interes burocrático general, faltaba más!!!

Decía el Sr. Richard Reed, cuando pidió la investigación sobre el temita de las “cooperativas de vivienda” que estaba preocupado por el tema de la “peronización” del movimiento sindical . Era una perífrasis para no decir la burocratización creciente , porque nombrar las cosas por su nombre abre flancos al ataque interesado, predispone a la agresion descalificativo de “trozco” y otras lindezas más, entre las zancadillas y codazos de todos los días en la mesa del “Secretariado”.

Ahora, nuestras Casandras, señalan una parte de la verdad en el tema de la salud: que los verdaderos negocios lo hacen las corporaciones médicas (o sea profesionales altamente calificados, egresados de la Universidad) y por tanto el tema dicen los burocrátas de la Salud, es un tema “de clase”.

Otros –y desde filas insospechadas- hablan “de la independencia de clase”.

¿Qué nos dice todo esto?

–Que se preparan a cerrar filas, desde las altas burocracias políticas en el gobierno, hasta los burócratas sindicales de todas las corrientes y pelajes, que ponen las barbas en remojo, que se preparan para un gambito tradicional: nada de recambios, rotaciones generacionales, nada de reglamentaciones, nada de controles (o el mínimo posible), nada de intervenciones de las bases y mucho menos del conjunto de la opinión pública.

Hace un tiempo atrás, cierto dirigente “municipal” lo decía claramente, “ellos no se debían al público, los usuarios, que son los que pagan el mal servicio , ellos se deben a la corporación sindical”.

Solo que ahora, bajo las administraciones “progresistas” que los alentó y estimuló para corromperlos y controlarlos mejor, se les han ido las cosas de las manos , metieron demasiados aspirantes “las manos en la lata” y se pudrió –o amenaza a pudrirse seriamente- el negocio general. Y en lo pudrición generalizada estan los intereses de otros que se trenzan: desde las rivalidades políticas dentro del movimiento por el derecho a meter las manos en la lata, las envidias de los grupos y los intereses mas vastos de la alta burocracia política del estado.

El “pais de primera” caballito de batalla de las últimas elecciones, se resuelve, cristaliza, en la lumpenización creciente de la sociedad nacional entera.

Arriba y abajo, una variante “socialdemocratica” de la versión conservadora que pregonaba el Sr. Lacalle Herrera que preconizaba “el vivir y dejar vivir”. Curremos todos, en la medida de nuestras posibilidades.

Son los galimatías de nuestro subdesarrollo particular, de nuestro enanismo demográfico, y esa mentalidad colectiva que se niega siempre a ver las verdades de frente, a reflexionar sobre las mismas a asumir que somos “el pais de la cola de paja”.

Con estas tres rémoras, más la novísima de “hace LA TUYA” cavamos la ruina colectiva.

Todo esto que se repite ahora no es nuevo en el movimiento sindical uruguayo. No es ni siquiera solo la consecuencia de 10 años últimos de administración progresista. Estuvo presente antes, con “los directores obreros” cuando la Huelga General del 72. Es, en realidad, el “programa de aspiraciones de la vieja burocracia politica reformista”.

Recientemente un colaborador de esta página, Fernando Moyano, lo explicitaba perfectamente bien.

Hace mucho más de diez años que se les vende en las tribunas de la clase obrera y el movimiento sindical organizado la patraña de “nuestros compañeros directores obreros”. Que de tanto repetirlo han hecho carne entre las capas mas atrasadas de los trabajadores. Son decenas de miles los trabajadores que no aciertan a distinguir la verdad de la mentira, que no comprenden que cualquier dirigente obrero puede corromporse cuando acepta que la pequeña diferenciación que se produce entre los obreros dirigidos y los burocratas sindicales inamovibles, hace de estos dirigentes sus potenciales y eventuales enemigos en el desarrollo de la lucha por la emancipación real de los trabajadores.

No hay diferencia entre Alfredo Silva, el turco Abdala, el Sr. Juan Castillo. Son lo mismo aunque pertenezcan a corrientes políticas distintas. Y por eso unos se corrompen en el asunto de “la vivienda obrera” o en el asuntito de las “cooperativas” obreras que no son cooperativa alguna.

Bajo este gobierno progresista, que pierde votos en las encuestas, envuelto en los escándalos y escandaletes. Bajo este gobierno progresista, aquellos primeros pininos se han elevado solo a la regla, la aspiración, de corromper definitivamente al movimiento sindical, comprometiendo a sus dirigentes con todas estas estupideces de la “colaboración de clases”.

Y de esto no salimos solamente con las tristes apelaciones de algunos a la “independencia de clase” y toda una serie de recaudos que fueron importantes hace mas de 40 años cuando se dió la discusión sobre los acuerdos que llevaron a la formación de la vieja Convención Nacional de Trabajadores y en la cual tanto las corrientes anarquistas como las corrientes marxistas consecuentes se opusieron tenazmente a las formulaciones que llevaban adelante, entonces, los Pastorino, los Turiansky, Jaime Perez, el “zapatero” Enrique Rodriguez y el resto de la comparsa política del difunto Arismendi.

Los que apelan hoy a “la independencia de clase” han quedado atrasados. Siguen repitiendo lo viejo, sin comprender todo lo nuevo que ha sucedido después. Desde la Huelga General y sus entrelones, los dos balances con la que se cerró la misma . Todo lo que sucedió después cuando ciertas minorías eran propagadores de “la rendija democratica”...por amor di dios!!!! , el desgaste de los partidos burgueses tradicionales, la crisis del 2002 que llevó a la victoria electoral del 2004 y los diez años de esta pesadilla con pretensiones socialdemocratas que esta llegando a su triste agotamiento y final.

Entonces, en aquella coyuntura la consigna de “la independencia de clase” era absolutamente justa y necesaria sin abandonar por ello la necesaria “unidad” que la lucha de clases imponía. Hoy, repetirla, es absolutamente insuficiente. Hoy la burocratización que entonces era incipiente ha dado un gigantesco paso adelante, se ha consolidado como lo demuestran los escándalos que sacuden las iniciativas que se prohijan en el movimiento sindical.

Hay que comprender a cabalidad el fenómeno de burocratización que estaba oculto para las inmensas mayorías e incorporarlo al lenguaje colectivo de todos los trabajadores y propagarlo entre los mas atrasados.

Un señor ruso, Lenin, escribió en su momento páginas memorables acerca de las consignas y los eslóganes que pierden actualidad y reclamaba actualizar las consignas y no quedarse en la repetición de las que teniamos en el año 68. Y ese trabajo intelectual se le impone sin apelaciones a la denomidad izquierda radical y a algunos de sus cultores, que en el 68 y despues, fueron aparatistas.

Esos compañeros –no es ninguna novedad- llegan atrasados, como siempre.

El tiempo dirá si superan sus limitaciones, sus visiones parciales, el afan de seguir a la moda con consignas viejas.

La crisis actual del movimiento sindical uruguayo, no es un acto, ha sido un proceso. Un proceso que llega a su final previsible y que muchos han alertado a lo largo de todos estos años. Se trata ahora de prepararse para superar este mal paso.

No lo puede hacer la actual Convención Nacional de Trabajadores, el PIT-Cnt, tal cual esta constituido, pero si una parte de sus dirigentes y de sus sindicatos. No todos.

No lo pueden hacer como un todo, porque las contradicciones que estan latentes en su seno son tales que las mayorías actuales trataran de que no estallen. Tratarán en consecuencia de “cerrar filas”, hacer una lavada de cara, pretender que “el problema esta superado” y al cocido le agregarán la pizca consabida “de la historia de la unidad” y como siempre “la uruguayicidad esa entelequia que siempre nos permite encontrar soluciones”.

Son todos trucos y engañapichangas viejas. Se les estan acabando “los versos” y arriesgan la pérdida de crédito entre las masas de trabajadores honestos que necesitan una central que los defienda y especialmente que defienda sus intereses históricos.

Pero esa es una historia futura. Que está por verse, si se logra superarla, abandonando el falso lenguaje que es instrumento de la falsa conciencia de clase.

A las inmensas mayorías ciudadanas, a los hombres y mujeres del trabajo, nos conviene estar alertas y seguir –aguzando los sentidos y la capacidad crítica- los próximos avatares. En la mejor tradición del sindicalismo clasista y combativo de siempre. El que no se casa con los patrones, los milicos y los burócratas.


 
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